No todos los jugadores del ATP Tour tienen la suerte de poder jugar un torneo en la tierra que los vio nacer. Pablo Carreño Busta es uno de esos privilegiados esta semana en el Gijón Open.
El asturiano se estrenó este miércoles en una abarrotada pista central del Palacio de Deportes La Guía con victoria frente al brasileño Thiago Monteiro por 6-4, 7-6(3) en una hora y 52 minutos.
“Las sensaciones han sido muy buenas”, confesó el No. 15 del Pepperstone ATP Rankings. “La sintonía con el público ha sido bonita, ha habido momentos en los que había muchísimo ruido en la pista, la gente estaba contenta, se le veía que estaba disfrutando y sufriendo también un poco. Eso es lo bonito”.
El torneo, añadido al calendario ATP Tour con licencia de un año esta temporada, ha concedido la oportunidad a Carreño Busta de volver a jugar en Gijón. “No me acuerdo bien de la última vez que jugué un partido en Gijón, pero está claro que no tenía la importancia de este torneo”, recordó.
“Es una oportunidad bonita para mí, de disfrutar de mi gente, jugar delante de mi familia y mis amigos. Miras a la grada y ves caras conocidas en todos los lados, eso también hace que sea un poquito más difícil concentrase”, añadió sonriendo.
Actuando como cabeza de serie No. 2, más allá de ser el favorito local, tiene que soportar la presión de las altas expectativas puesta sobre sus hombros. “Lo he pasado bien, ha habido momentos en los que he disfrutado mucho, otros en los que he tenido que sufrir, pero también he notado el apoyo del público, sobre todo, al final del partido. Es una sensación muy bonita y tengo la oportunidad de repetirla el viernes”.
Su rival en cuartos de final será el francés Arthur Rinderknech, que derrotó a su compatriota Constant Lestienne por 6-4, 6-2.
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